portada
Xulio Valcárcel, Juan C. López y Pablo Gavilán en la Manzana azul.
Si la manzana es humilde y gozosa sensibilidad, carne sabrosa que evoca el paraíso, el azul simbolliza la pureza, la inocencia. Entre esos dos polos se incribe este poemario, diáfano y profundo, de Ángela Gavilán. Conjuga en él, armoniosamente, dos enfonques de una realidad tan compleja como sugestiva.
(Xulio Valcárcel)
Cuando Ángela me habló de que la manzana es abrazo entre poesía y pintura, excusa para crear, recordé unas palabras que, según tengo entendido, se atribuyen al poeta Rainer María Rilke: «atreveos a decir lo que llamáis manzana». De inmediato, sentí que Ángela daba su respuesta con el mundo nuevo que Manzana azul abre ante nosotros; sin embargo, después de pensar sobre ello, creo ver claro que lo que está haciendo es lanzarnos la misma invitación que el poeta. (Juan C. López)
Un ocre se despierta una mañana/ se mira en el espejo para ver si tiene buen color/ y es otoño/ luego coge su maleta/ (siempre lista para escapar a cualquier paisaje)/ sale a sentir las calles/ y se encuentra con una mujer/ -las mañanas tienen estas cosas-/ que le saluda con la mirada profunda// aquello es suficiente/ y el ocre decide/ sacar un poco de ilusión del bolsillo/ para besar a la visionaria/ y convertirse/ como por magia de arte/ en plumas// en vuelo. (Pablo Gavilán)
Manzana azul
Manzana azul expone veinte poemas. Notas a una manzana es un relato cuajado con otros poemas de los catálogos de Angela, en un breve recorrido por las exposicionesd de pintura que han compartido espacio con la poesÃa. Este libro es el fruto de la vida compartida con amigos, compañeros, poetas y artistas del taller de pintura…, expone un diálogo meditado… como el mar.
Angela y Luisa Gavilan MANZANA AZUL
Del 18 de agosto al 9 de septiembre.
Casa de Cultura. Aranda de Duero.
http://www.diariodelduero.com/cultura-sociedad/manzana-unidad-de-espacio/
Catálogo pdf:
Manzana: unidad de espacio – catálogo
Angela Gavilan en Me gusta y me quedo – RTVCYL
Café
CAFÉ
Te escribo mientras los demás aún no han despertado.
Que, todo está envuelto de silencio, de vacío,
de esta sensación de irrealidad de la hora temprana.
Te escribo mientras sigo adelante.
Que, las mentiras, a veces, son silencios que nos protegen,
esa mentira tan poco creíble de seguir adelante,
que, la vida se hace de nuevo cada día,
Te escribo mientras pongo el café.
Que, para ponerte a pintar, sirven lo pasos de un cuento,
donde los personajes se transforman en cisnes extraordinarios.
Te escribo mientras sale el café.
Que, dibujé una caracola dando vueltas entre poemas,
a pesar de ser una espiral, sólo es una casa vacía.
Te escribo mientras el olor a café envuelve toda la casa.
Que, si pelas una manzana con cuidado,
tal vez encuentres una espiral en su piel,
que te abraza, hacia dentro, hacia fuera,
y se quiebra en tus manos.
Te escribo mientras me sirvo una taza de café.
Que, si miras una manzana como si fuera el mundo
y la cortas por la línea del ecuador,
encuentras una estrella en su centro,
dibujada con la melancolía de su ofrenda.
Te escribo mientras me tomo el café.
Que, a veces, desayuno una tostada,
a veces, una manzana, a veces, un sueño.
ÁNGELA GAVILÁN